Un experto asesor en gestión del tiempo quiso sorprender a los
asistentes a su conferencia. Sacó un frasco grande de boca ancha. Lo
colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un
puño, y preguntó: "¿Cuantas piedras piensan ustedes que caben en este
frasco?". Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a
meter piedras hasta que lleno el frasco.
Luego preguntó: "¿Está
lleno?". Todo el mundo le miró y asintió. Entonces sacó un cubo con
gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las
piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras
grandes. El experto sonrío con ironía y repitió: "¿Está lleno?". Esta
vez los oyentes dudaron. La mayoría dijeron que no. Entonces puso sobre
la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se
filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.
Preguntó de nuevo: "¿Está lleno?". Ahora todos dijeron unánimemente que
no. Por último, tomó una jarra con un litro de agua y comenzó a verterla
en el frasco. El frasco aún no rebosaba.
Si en nuestra vida introducimos una adiccion, esta llenara todo nuestro "frasco", y en nuestra vida dificilmente podra contar con otras cosas importantes como familia, trabajo, salud, felicidad, ...
La enfermedad de la adicción es progresiva y mortal, por lo cual cada día sin recibir ayuda profesional aumentará el deterioro y pondrá en riesgo la vida misma.
¿como sera tratada? |
- Creen que una imagen en un terminal móvil está segura y no son capaces de proyectar, de imaginar, las variadas formas en que esa imagen puede salir del dispositivo. Un robo, un error, una broma, un extravío... o la voluntad de su propietario.
- Confían plenamente en la discreción por parte del destinatario del envío. Carecen de experiencia vital suficiente que les invite a pensar en que las cosas, en la vida, cambian por muy diversos factores.
- Sienten cierta presión de grupo que les lleva a ganar notoriedad y aceptación en el contexto digital (redes, twiter, ..) tan importante para ellos. Este factor, añadido a la plenitud hormonal, puede generar combinaciones poco recomendables.
- Las influencias y modelos sociales. Si pueden ver a cualquier persona anónima en su intimidad a través de la Red, no parece tan grave que uno aparezca de esta guisa. El desnudeo es algo común, hasta cierto punto normalizado.
- Desconocen las consecuencias que para su vida puede llegar a tener el hecho de que esa imagen comprometida sea de dominio público.
- La natural falta de percepción del riesgo que acompaña a la adolescencia y el espíritu transgresor desencadenan ciertos desafíos. En algunos casos resulta simplemente divertido, en otros, sirve para coquetear o dar otro contenido a una relación.
Con independencia del acierto de aquella expedición militar y de la subsiguiente y arriesgada decisión sobre sus barcos, quizá podemos sacar de todo ello una enseñanza para nuestra vida cotidiana. En el camino vital de cualquier persona, hay toda una serie de decisiones que pueden y deben tener un carácter definitivo: los principios y los valores por los que uno apuesta, los proyectos de largo recorrido a los que uno se entrega, la persona a la que une su vida, las nuevas vidas que se traen al mundo y, en fin, todas aquellas decisiones que no pueden ser revisables cada vez que surge una dificultad, puesto que son opciones que exigen una lealtad continuada.
Una mujer maltratada y consciente de su problema no tiene mas camino que “quemar las naves” con su pareja y emprender una nueva vida. Dejar la puerta abierta a la reconciliación ya ha comprobado en numerosas ocasiones que no fue solución. Un adicto a alcohol o drogas, ya conoce ese mundo y sus problemáticas; querer mantener esas amistades, querer consumir solo en ocasiones especiales, solo una copa al día, … no es solución, necesita “quemar las naves” y emprender una nueva vida fuera del mundo de la adicción.
Quienes no terminan de decidirse, y dudan, tienen miedo, o se replantean todo una y otra vez, hacen de sus vidas un camino sinuoso y errático, en el que no avanzan.
Se trata de que esa pregunta sobre el sentido de lo que hacemos no se convierta en una duda habitual, o en un replanteamiento constante de nuestros objetivos, o en su abandono cuando surgen contratiempos. Y como contratiempos inesperados aparecen en todo camino, parece claro que, para llegar a buen fin, hay decisiones importantes y de cierto alcance que exigen un compromiso de no retorno, porque de lo contrario es previsible que, tarde o temprano, flaqueen nuestras fuerzas y abandonemos nuestro empeño sin esforzarnos lo suficiente.
Por eso, cortar la propia retirada, como hizo Hernán Cortés en aquel famoso episodio, puede ser una muestra de inteligencia práctica, solo dejamos una opción por la que luchar. Cuando una persona toma libremente una decisión a la que no quiere dejar opción de retorno, demuestra con eso que su entrega y su apuesta por ella son totales. Y hay unas cuantas decisiones en la vida que exigen ese tipo de apuesta valiente, porque, de lo contrario, la posibilidad de volverse atrás impide que no nos esforcemos lo suficiente para sacar de nuestro interior la fuerza necesaria para llevar a feliz término esos momentos difíciles.