Desinhibición
Los adolescentes buscan en el alcohol la posibilidad de desinhibirse y estar más seguro: El beber le hace perder la timidez y le da valor para afrontar situaciones nuevas para las cuales no se siente preparado. Buscar el alcohol como muleta contra la timidez.

Integración en un grupo de adolescentes


El adolescente siente  la necesidad de afiliación a un grupo de adolescente para sentirse integrado socialmente. El problema es que una de las formas de conquistar esta integración es imitar las conductas de los demás jóvenes del grupo.

No soy más un crio

El adolescente siente la necesidad imperiosa de afirmar y expresar su identidad y demostrar que no es un niño. Quiere decir a todos en voz alta que ya no es un crío. Y eso le impulsa a beber y emborracharse. 

Placer y evasión

Los adolescentes viven una interminable búsqueda de placer y evasión. Por eso, y por la cultura de nuestra sociedad, bebe por todo.  Bebe para pasárselo en grande, bebe porque es divertido, bebe para ligar, beber para huir y no desafiar los problemas. O sencillamente bebe porque no hay otra cosa que hacer.

Beber para ligar

Una de las principales razones para los adolescentes se iniciaren en el alcohol y beber mucho es para intentar dar los primeros pasos para iniciar una relación sentimental.

Hijos adolescentes sin límites

No podemos esperar que un hijo adolescente no beba si son padres permisivos  que les permiten estar de fiesta hasta las 5 de la madrugada. Es muy probable que no beban solo agua o refrescos cercados de un ambiente que fomente el consumo de alcohol y el botellón.

Además de todas estas razones,  haya que resaltar una información insuficiente por parte de padres y educadores, una falta comunicación familiar, así como la falta de normas y pautas educativas en la familia. Un padre o una madre que bebe con frecuencia no pueden ser una buena referencia para sus hijos.


Los niños imitan

Los niños hacen lo que ven

Muchos dicen que es imposible cambiar de personalidad o de carácter,  por que se trata de algo heredado e intimo de cada persona. 
Lo primero que deberiamos definir es que es la personalidad, en efecto, esta viene definida en parte por la herencia, pero fundamentalmente la personalidad es el resultado de miles de interacciones con el ambiente que nos rodea. las relaciones con las personas, con las situaciones, lugares, los sucesos que nos ocurran, etcétera. Esto quiere decir que el resultado de nuestras conductas, de nuestros actos esta definido por lo que hacemos, con quien nos relacionamos y la cultura en la que vivimos.
Por lo tanto, si una persona quiere cambiar puede hacerlo simplemente empezando a modificar sus comportamientos, practicando los opuestos a los que venia haciendo y que no le convenían, o haciendo los que se corresponden al objetivo que se fije como cambio.
Se puede cambiar nuestra forma de ser a base de sumar cambios en nuestras conductas personales, sociales y en nuestras actividades, expectativas y pensamientos.

RESISTENCIA  
Todo cambio crea una resistencia. el cambio supone un esfuerzo y nuestro ser nos pide seguir actuando como veníamos haciendo habitualmente.La falta de motivacion suele ser el precio del esfuerzo que todo cambio lleva implícito.
Para realizar un cambio de forma estable en el tiempo se requiere constancia y motivación
 El cambio es uno de los mejores privilegios que tiene el ser humano: no estamos condenados por el destino a ser de una forma determinada.


EL CAMBIO ES :     NORMAL
                                 CONSTANTE Y CONTINUO
                                 VITAL Y PERMANENTE
                                 NECESARIO
                                 DE RITMO VARIABLE A CADA PERSONA
                                 EL ÚNICO MEDIO PARA QUE LA PERSONA SE DESARROLLE


Cuando se trata del consumo de drogas es mucho mejor prevenir desde el principio que luego tratar una adicción. Pero ¿cómo pueden los padres prevenir o impedir que sus hijos adolescentes consuman drogas?
Es complicado, y la última decisión sobre si consumir drogas o no solo puede ser tomada por nuestros hijos, pero sí podemos ayudar a que sean responsables y que sepan sus consecuencias del posible consumo. Y también darles armas para rechazar. Aquí ofrecemos algunos consejos.

 Sinceridad en todas las conversaciones relacionadas con la droga. Es especialmente importante que su hijo pueda confiar en ti. Si intuye que mientas, perderás credibilidad.  Subraya los daños que hacen ciertas drogas y cómo afectan de forma negativa la capacidad de concentración, de razonamiento y de relaciones. Hablale de casos reales, de posibles amigos que lo perdieron todo por culpa de una adicción.

Conocer a los amigos de tu adolescente. Es importante conocer a los amigos - y si es posible los padres de los amigos - de tu hij@ adolescente. Esto te ayudará a seguirle la pista si está en una época evasiva o poco comunicativa.
Mantenerte en contacto con tu adolescente cuando no estáis juntos. A esta edad los teléfonos móviles son una gran ventaja. Envíale mensajes, dile que te llame a ciertas horas, o deja notas en tu casa si no vas a estar cuando llegue del colegio.  Hay estudios que indican que los adolescentes que tienen intereses y una vida ocupada tienen menor probabilidad de consumir drogas que los adolescentes que quedan en la calle o salen con amigos sin realizar ninguna actividad más allá que estar juntos.

Hablar con frecuencia sobre el tema de las drogas con tu adolescente. Aprovecha programas de televisión para verlos juntos y comentar sobre los contenidos.
Crea un ambiente anti-droga en el hogar. Establece unas normas muy claras. En tu familia, nadie toma drogas. Esto no quiere decir que vayas a marginar a un hijo adolescente que te confiesa haber tomado alguna sustancia. Pero sí demuestra un rechazo colectivo al asunto, y que existen actividades más divertidas y sanas en las que emplear el tiempo.
Organiza actividades en familia. Planifica alguna excursión y deja que tu adolescente colabora en la organización. Desayunar y cenar en familia, porque las estadísticas indican que niños que cenan habitualmente con su familia tienen menor probabilidad de liarse con las drogas.

Enseñar dando ejemplo. Es evidente que no tienes ninguna fuerza moral para exigir a tu adolescente que se abstenga de tomar sustancias que tu tomas. Si abusas de alguna sustancia, ahora es el momento más que nunca para buscar ayuda de forma urgente. Y si tienes amigos que tomen ciertas drogas, tal vez sea el momento para buscar nuevas amistades.
Saber qué hacer en los momentos de mayor exposición a las drogas. Cuando tu adolescente empieza a salir por la noche, pregúntale todo hasta que sepas con detalle a dónde va, con quién y qué van a hacer. Establece la hora de regreso y la forma de regresar. Habla con los padres de sus amigos y, al ser posible, organiza un sistema rotatorio de recogidas por fin de semana, con tal de compartir con ellos la responsabilidad de llevar a vuestros hijos sanos y salvos a casa. La mañana después, intenta pasar un rato con tu adolescente para que te pueda contar anécdotas de la noche anterior. No le hagas un interrogatorio porque se resistirá. Y además tiene derecho a su intimidad.