AdicciónLa adicción se inicia con una conducta agradable y placentera que termina siendo adictiva, pues abandonarla produce un malestar. El adicto sufre una gran dependencia psicológica hacia esa conducta, llegando a padecer un comportamiento compulsivo y perdiendo así el interés por otras actividades que anteriormente habían sido gratificantes. Viven para y entorno a la conducta adictiva.
El principal problema es la relación que se crea entre la persona y la conducta adictiva. La persona, con el fin de paliar el malestar que le produce abandonar o no realizar la conducta adictiva, puede llegar a delinquir e incluso a entrar en un círculo vicioso en el que llega a perderlo todo, su familia, sus amigos hasta su propio yo.
Las personas adictas suelen presentar patrones comunes de comportamiento:

1- Se convierten en obsesivos, mostrando gran nerviosismo y ansiedad, ya que lo único que les tranquiliza es la realización de la conducta adictiva.

2- Dejan su vida cotidiana para satisfacer la adicción, incluso descuidan sus problemas personales.

3- Suelen estar irritables si no realizan la conducta.

4- No son conscientes de su problema.

5- Padecen un gran sentimiento de culpa posterior a la realización de la conducta adictiva.

6- Suelen tender a la mentira y al engaño para ocultar su adicción.

7- En casos graves, y naturalmente dependiendo de las adicciones, suelen aparecer síntomas como falta de apetito, delgadez excesiva, falta de higiene personal, grandes deudas económicas, aislamiento, depresión e incluso en casos extremos el suicidio.


El alcohol no puede adormecer los sentimientos de forma permanente. El problema con los trastornos psíquicos y en general con los sentimientos humanos, es que cuando se aplacan con alcohol la situación no puede ser permanente. Si uno toma en exceso por temor o miedo, al otro día amanece con más temor y miedo. Esto se puede aplicar a un sinnúmero de emociones y condiciones psíquicas: ansiedad, depresión, tristeza, ideas obsesivas… El alivio siempre será momentáneo y si se repite la búsqueda de la "medicina" sobreviene un proceso de adicción.

¿Se puede curar un alcohólico?
El alcohólico es un individuo que padece de una enfermedad para la cual no se conoce curación alguna -es decir, ninguna curación que les haga posible beber con moderación por un largo período de tiempo, como puede una persona no alcohólica. Debido a que es una enfermedad -una compulsión física más una obsesión mental por la bebida- el alcohólico tiene que aprender a mantenerse completamente alejado del alcohol para  poder llevar una vida normal.
Fundamentalmente, el alcoholismo es un problema de salud -una enfermedad física y emocional- más que una cuestión de insuficiente fuerza de voluntad, o debilidad moral.
Algo que todos los alcohólicos parecen tener en común es que, con el tiempo, su manera de beber empeora. No existe ninguna evidencia segura de que una persona que bebía alcohólicamente haya podido volver al moderado beber social por mucho tiempo. No se puede ser "un poco alcohólico". Ya que la enfermedad progresa por etapas, algunos alcohólicos manifiestan síntomas extremos más que otros. No obstante, una vez que cruzan la frontera del alcoholismo, los bebedores alcoholicos no pueden volver atrás.