¿Quién
no se ha sentido culpable en su vida? Seguramente te ha pasado,
que lastimas a otra persona sin querer y luego sientes una
gran culpa. Todos cometemos errores, algunos
insignificantes y otros muy importantes. El hecho es que cuando
uno de estos errores afecta de alguna manera a otra persona,
nos sentimos mal.
La
culpa se define como el
estado emocional que surge de pensar que hemos actuado de
manera indebida (ya sea que hicimos algo que no debimos haber
hecho, o que no hicimos algo que debíamos hacer). La
culpa es una actitud formada por emociones
y pensamientos, que nos llevan a una sensación de auto
devaluación. Es decir, la persona que siente culpa,
se califica negativamente como persona, se siente mal consigo
misma y se siente devaluada de alguna manera.
De lo
que se trata realmente es de asumir nuestros actos, y hacernos
responsables de enmendar las situaciones, hasta donde sea
posible. Hay una gran diferencia
entre sentirme culpable y sentirme responsable.
La culpa me hace sentirme mal conmigo y me devalúa.
Hacerme responsable me hace sentir mal hacia la conducta,
pero me sigo sintiendo bien conmigo, aceptando que cometí
un error, pero que eso no me devalúa como individuo.
La responsabilidad es una actitud hacia el presente y hacia el futuro, la culpa es un sentimiento que sólo mira al pasado. Nada de lo que sucede ahí fuera en el mundo es tu culpa aunque si son tu responsabilidad el elegir unas opciones u otras o el optar por una respuesta u otra. La responsabilidad es la habilidad de responder (RESPONS-HABILIDAD). Cada
situación en la vida nos ofrece la oportunidad de responder, y cómo
respondemos determina cómo nos sentimos y lo que atraemos hacia nosotros.
Los psicoanalistas estudian los «sentimientos de culpa», sea la
culpa real o imaginaria, perjudica a quienes tienen estos sentimientos.
Pero nadie irá a la cárcel por sus sentimientos ni por sus creencias,
sino por sus actos, aunque estos no fueran vividos con sentimiento de culpa. Los hechos o actos
claramente especificados en el Código Penal y en las leyes, son los
únicos punibles de responsabilidad penal.
Cuando hablo de responsabilidad, me refiero al hecho de tener poder. Si
echamos la culpa de lo que nos pasa a alguien o algo externo, estamos
regalando nuestro poder y dependemos de lo que el otro haga para estar
bien. La responsabilidad nos da el poder de efectuar cambios en nuestra vida. Si escogemos el papel de víctima, lo que hacemos es usar nuestro poder personal para ser
impotentes. Pero si decidimos aceptar nuestra responsabilidad, entonces
no perdemos el tiempo en culpar a los demás o a algo” exterior”.