Según Leon Festinger, autor de la teoría de la Disonancia Cognitiva hace más de 40 años, “las personas no soportamos mantener al mismo tiempo dos pensamientos o creencias contradictorias, y automáticamente, justificamos dicha contradicción, aunque para ello sea necesario recurrir a argumentaciones absurdos”, es decir, el ser humano necesita siempre sentir que todas sus acciones, pensamientos y creencias son coherentes. En caso de no ser así se produce una “Disonancia Cognitiva” (o pensamientos incongruentes) y para reducirla recurrimos a la “Justificación Insuficiente” o “Autojustificación”. Aquí algunos ejemplos:
- Una persona atea, que no le gusta la Iglesia, pero todos los años sale de costalero en su hermandad. Lo justifica diciendo que es por los amigos, a la par que defiende a su imagen como la mejor de la Semana Santa.
- Una mujer fumadora lee en una revista que fumar quita varios años de vida. Ella sabe que es cierto pero lo justifica pensando “pero quita los últimos años que son los peores”.
- Catorce adolescentes golpean a una persona anciana hasta el punto de matarle y lo graban en vídeo utilizando sus teléfonos móviles. Los detienen y le preguntan a uno “¿Te das cuenta del mal que has realizado?”, y primero responde “¡si yo sólo le dí un puñetazo!”, ¡entre todos la mataron y ella sola se murió!.
- Una persona conduciendo su coche elige la carretera equivocada y en vez de reconocer el error dice “más adelante hay un cruce que nos lleva a la otra carretera” o “que por esta también llegaremos” o “que ahora no se puede retroceder”. Lo curioso es que esto mismo lo dice aunque no esté acompañada, porque también es necesario convencerse a sí misma
- Un ex alcohólico que se bebe una cerveza, lo justifica diciendo que por una no pasa nada, que lo malo es beber mas de 4, a partir de hay puedes recaer.
Estos ejemplos muestran la necesidad que tenemos las personas de justificar lo innecesario o, incluso, lo injustificable. Lo realmente importante para nosotros es creer que no existen contradicciones entre varios de nuestros pensamientos, y no sólo necesitamos convencer a los demás de la coherencia de nuestros actos, sino también a nosotros mismos. Por tanto, no actuamos por alguna razón, sino que actuamos y luego buscamos razones que expliquen nuestra actuación.
Todo tiene una explicación aunque ésta no nos guste. Y aferrase a nuestras ideas cuando parecen, o realmente son, incongruentes nos traerá un beneficio inmediato pero un perjuicio para mucho tiempo. Aprender a dudar hasta de uno mismo no siempre es fácil pero si satisfactorio y placentero.
Lo escalofriante de este fenómeno son dos cosas:
1. Que nos pasa a todos. El cerebro viene pre-programado para actuar así.
2. Que, cuándo nos ocurre, los demás se pueden dar cuenta, pero a nosotros nos es muy dificil, incluso cuando los demás exponen el engaño y nos enfrentan a él, aun en esos casos seguimos justificando nuestras incongruencia.
La Disonancia Cognitiva es, uno de los fenómenos que provocan que muchas veces desistamos de enfocar nuevas alternativas, nuevos enfoques a los problemas, desistamos de nuevas estrategias para conseguir nuestros objetivos. Aunque nos estén mostrando las personas mas allegadas y queridas que nos estamos equivocando.
1. Que nos pasa a todos. El cerebro viene pre-programado para actuar así.
2. Que, cuándo nos ocurre, los demás se pueden dar cuenta, pero a nosotros nos es muy dificil, incluso cuando los demás exponen el engaño y nos enfrentan a él, aun en esos casos seguimos justificando nuestras incongruencia.
La Disonancia Cognitiva es, uno de los fenómenos que provocan que muchas veces desistamos de enfocar nuevas alternativas, nuevos enfoques a los problemas, desistamos de nuevas estrategias para conseguir nuestros objetivos. Aunque nos estén mostrando las personas mas allegadas y queridas que nos estamos equivocando.