Es habitual leer sobre temas que se relacionan con las adicciones: la voluntad, motivación, interés, constancia, etc. son muchísimos los aspectos sobre los que podemos trabajar con los adictos. Los familiares habitualmente achacan los problemas a algún aspecto deficitario del adicto. Ej: el adicto es poco contante, es poco positivo, es poco trabajador, el adicto es malo ....
Todos estos conceptos deben ser trabajados, pero partiendo de la siguiente premisa: EL ADICTO ES UN ENFERMO.
Cuando tienes una pareja con problemas cardiacos no lo escondes, ni niegas su problema. Con la adicción debiéramos de actuar igual. Acudamos a un profesional o centro especializado. Allí te hablaran de voluntad, motivación, constancia, etc de cosas que ya te suenan y a las que tu considerabas como soluciones. Pero todo en un orden, con un control, unas dosis, con unos protocolos. Además de una supervisión médica y especializada.
Muchos son los padres que esconden el problema en sus casas e intentan aplicar medicinas "casera", hasta que la situación explota o se hace incontrolable.
Una adicción deteriora hasta llegar a anular la voluntad y la responsabilidad de quien la ha adquirido.
Si catalogas al enfermo de vago o irresponsable, reduces el problema a una anécdota. Pierdes la perspectiva: si miras por un minúsculo agujero a tu pareja con una copa y los amigos,, es un detalle/anécdota. Si te retiras para ver el problema. Ves una persona con la voluntad anulada, compulsividad hacia la adicción y sin capacidad para abandonar la adicción.
Aceptar y comprender el problema es fundamental para avanzar en la rehabilitación y abandono de las adicciones. La actitud de la familia influirá decisivamente sobre el adicto y su rehabilitación.