El cerebro es una de las partes del cuerpo más complejas y delicadas. Del cerebro dependen los sentimientos, la manera de pensar, nuestro mundo interior y la capacidad de relacionarnos con otras personas. Las drogas inciden de manera directa sobre él, e interfieren en su funcionamiento.
Las drogas actúan sobre el sistema límbico, que está en la parte más interna del cerebro, y provocan una sensación artificial de placer. Sin embargo, el cerebro no está preparado para recibir estos estímulos. El uso repetido de drogas afecta al funcionamiento del sistema límbico e inicia el proceso de adicción.
Las consecuencias se dejan sentir también en el córtex, y afectan al control racional de la conducta. La adicción se consolida.
Las drogas actúan sobre el sistema límbico, que está en la parte más interna del cerebro, y provocan una sensación artificial de placer. Sin embargo, el cerebro no está preparado para recibir estos estímulos. El uso repetido de drogas afecta al funcionamiento del sistema límbico e inicia el proceso de adicción.
Las consecuencias se dejan sentir también en el córtex, y afectan al control racional de la conducta. La adicción se consolida.
Nota: El córtex cerebral se encuentra en la superficie del cerebro y es la estructura de máximo orden jerárquico responsable del control de la conducta y de la vida racional.
El sistema límbico se encuentra en capas más profundas del cerebro y es responsable del control de la vida instintiva y emocional.
El sistema límbico se encuentra en capas más profundas del cerebro y es responsable del control de la vida instintiva y emocional.
Cerebro sano Dos estructuras cerebrales, el sistema límbico y el córtex, desempeñan un papel esencial en el control de la conducta. El sistema límbico controla la vida emocional e instintiva. El córtex regula el pensamiento y la vida racional. En un sujeto sano, la vida racional promovida por el córtex domina la conducta.
Cerebro tras un consumo puntual El sistema límbico es el responsable del inicio de las adicciones. Las primeras dosis de droga estimulan los centros de recompensa en el sistema límbico y producen un efecto placentero. Sin embargo, la administración repetida de una droga produce cambios en el sistema límbico que alteran los circuitos cerebrales de recompensa.
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