Atento a esos síntomas:
1º LE TIEMBLAN LAS MANOS ANTES DE BEBER ?
2º CUANDO HA BEBIDO LE DESAPARECE EL TEMBLOR ?
3º BEBE EN AYUNAS ?
4º CUANDO BEBE, COME MENOS ?
5º AL LEVANTARSE TIENE VOMITOS SECOS ?
6º SUFRE PESADILLAS ?
7º PADECE INSOMNIO ?
8º NOTA PERDIDAS DE MEMORIA ?
9º ENTUMECIMIENTO DE LAS EXTREMIDADES ?
10º CUANDO BEBE CAMBIA SU CARACTER ?
11º FALTA AL TRABAJO POR HABER BEBIDO, O SUELE LLEGAR TARDE?
12º CUANDO BEBE SABE DECIR"BASTA" !
Tienes alguno de estos síntomas? PIÉNSALO
Adicción, a las drogas o alcohol. Consumo repetido de una o varias sustancias psicoactivas, hasta el punto de que el consumidor (denominado adicto) se intoxica periódicamente o de forma continua, muestra un deseo compulsivo de consumir la sustancia (o las sustancias) preferida, tiene una enorme dificultad para interrumpir voluntariamente o modificar el consumo de la sustancia y se muestra decidido a obtener sustancias psicoactivas por cualquier medio.
La vida del adicto está dominada por el consumo de la sustancia, hasta llegar a excluir prácticamente todas las demás actividades y responsabilidades. El término adicción conlleva también el sentido de que el consumo de la sustancia tiene un efecto perjudicial para la sociedad y para la persona.
“Adicción”: Es considerado por muchos expertos como una enfermedad con entidad propia, un trastorno debilitante arraigado en los efectos farmacológicos de la sustancia, que sigue una progresión implacable.
“Adicción”: Es considerado por muchos expertos como una enfermedad con entidad propia, un trastorno debilitante arraigado en los efectos farmacológicos de la sustancia, que sigue una progresión implacable.
la American Society of Addiction Medicine definió el alcoholismo como una “enfermedad crónica primaria en cuya evolución y manifestaciones intervienen factores genéticos, psicosociales y ambientales. La enfermedad suele ser progresiva y fatal. Se caracteriza porque tiene periodos que pueden ser continuos o periódicos: deterioro del control sobre la bebida, obsesión por el alcohol, consumo de alcohol pese a sus consecuencias adversas y perturbación del pensamiento.
Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, la dificultad esta en definir que es lo mejor.
Encontramos padres muy trabajadores, responsables, ordenados, cercanos, amables, etc pero cuando el trato es con sus hijos todos sus ideales y valores se modifican. Los padres se empeñan en dar la mayor cantidad de cosas materiales a los hijos: la playstation, la moto, el mp3, mp4, teléfono mobil, ect. Olvidando los valores personales como patrimonio a dejar a los hijos.
Hace días conocí una mujer que se había puesto a estudiar con mas de cincuenta y tantos años, para mejorar su situación, ahora era enfermera y trabajaba en una residencia geriátrica. Esta mujer tiene un hijo de 21 años, que dejo de estudiar hace años, y que no trabaja, hijo que veo casi a diario con un coche, bebiendo litronas y ...... Mi cabeza, no entiende como esta madre que se esfuerza, es trabajadora, tiene iniciativas, esta bien educada, pero sin embargo no ha sido capaz de transmitir a su hijo los valores adecuados. También deberíamos de enfocarlo desde otro punto de vista(sin responsabilizar a la madre) Un hijo de padres trabajadores que no aprende nada de ellos, que ve que su madre se supera con mas de 50 años, pero que el con 21 es incapaz de trabajar y/o formarse, ademas de incapaz de superarse.
Los padres debemos de concienciarnos que los valores morales y éticos son uno de los mejores patrimonios que legamos a nuestros hijos. No os pido que neguéis los valores materiales, sino que exaltemos y cuidemos otros valores que estamos descuidando, en favor de las cosas materiales.
Los padres deben de reducir los regalos materiales, dosificarlos a si el hijo a colaborado o superado algún objetivo. Es decir, las cosas que se reciban han de responder a un esfuerzo o logro realizado.
Muchos jóvenes confunden los premios con obligaciones de los padres. Se creen con el derecho a exigir porque siempre se les ha dado todo. Los hijos no entienden que de pronto se les pidan responsabilidades, cosa que no han tenido durante años, cosa que cuesta esfuerzo, cosa que supone perdida de comodidad.
Es mejor enseñar a pescar que dar un pescado todas los días. Enseñar a pescar implica educar en valores y también proporcionar un futuro. Dar un pescado todos los días es enseñar a aceptar, a no esforzarse, ¿que pasa si mañana no viene el pescado?¿que pasa si mañana no están los padres?
Muchos padres no se atreven a enfrentarse a sus hijos, y pretenden que cuando el niño tenga pareja, esta lo "reeduque". Pretenden que cuando les salga trabajo, allí les enseñen a esforzarse. No saben que a la pareja o al trabajo ya se va aprendido de casa, educado de casa y no al revés.
Recordar una entrada en el blog con fecha 11/08/2010 en la que hablábamos de que educar es caro pero no educar es mucho mas caro.
Para cualquier persona un cambio es una inestabilizacion de su bienestar, un cuestionamiento de las verdades con las que se sostiene. La interrupción de una sensación de continuidad, es decir, el cambio provoca un ataque a su identidad. Por ello, todo cambio cuesta iniciarlo y mantenerlo.
Encontramos 4 mecanismos que dificultan el cambio en las personas:
1.- Resistencia al cambio: todo cambio se relaciona con esfuerzo y sacrificio. Ademas de momentos de incertidumbre y angustias. Como todos los seres humanos tienden a evitar el sufrimiento, tenderan a evitar los cambios o al menos a presentar resistencias a asumirlos o aceptarlos. Psicologicamente funciona un mecanismo de coste/beneficio. Supravalorando los costos y minimizando los resultados o no visionando los beneficios posibles.
2.- Expectativa de que el cambio personal sea de forma lineal y progresiva, sin dificultades. El cambio es un proceso, el cual supone etapas. Que no "se da" sino que se construye. Un cambio logrado puede entrar en contradicción con otros logros o cambios. Poder atravesar la totalidad del proceso requiere ademas, saber esperar y saber resignarse. La urgencia, la necesidad imperiosa, la angustia son enemigos del proceso de cambio.
3.- Tendencia a chocar con la misma piedra. Es un modo de describir la automatización a la que estamos acostumbrados. Una propuesta de cambio siempre es una propuesta de reflexión sobre el propio actuar. Evita el "piloto automático" que te lleve directo a la misma piedra. Muchos quieren cambiar manteniendo sus habitos (sus modos automáticos), por lo que chocan una y otra vez con sus mismos problemas.
4.- Autoengaño: Algunos lo llaman "justificarse". En el autoengaño se busca y se ENCUENTRA razones y argumentos para descalificar la propuesta de cambio. Argumentos que funcionan como un escudo de protección y que atravesarlo supone asumir nuevas funciones, y reorganización mental de valores y principios.
Las personas con adicciones (1) son reticentes a cualquier cambio, todas niegan la necesidad de cambiar a la vez que consideran necesario mejorar su vida. (2)Quieren cambiar ya y rápido, todo en un día. (3)Les supone esfuerzo por cambiar de hábitos. (4) Todos niegan la validez de las terapias o de sus compañeros en un principio, se autoengañan menospreciando las indicaciones y consejos que se les dan.
Sencillamente hemos abdicado.
Hemos abdicado de padres y pretendido ser amigos, sin pensar que los amigos se eligen y los padres se precisan.
Hemos abdicado de fijar los límites de acción de nuestros hij@s a su propia voluntad del momento.
Hemos abdicado de enseñarles cómo es la vida para mostrarles sólo postales de color rosa.
Hemos abdicado de estimularles al esfuerzo, dándoles la merienda antes de que la pidieran, llevándoles la mochila del cole sin que se hagan conscientes del peso innecesario que le van metiendo.
Hemos abdicado de que aprendan a compartir.
Hemos abdicado de mandar cuando se precisa, haciéndoles pensar que así sería su futuro.
Hemos abdicado de permitirles que vivieran alguna frustración,, sin caer en la cuenta de que en la vida vivimos tantas frustraciones que aprender a soportarlas o a resolverlas es imprescindible. Y que nosotros podemos enseñárselo progresivamente.
Hemos abdicado en el colegio para que allí tomen la responsabilidad de su educación sin pensar que es algo permanente, constante y que precisa la colaboración máxima de tod@s cuantos en ella intervienen. Incluso de forma sistemática les hemos dado la razón cuando nos han dicho: “el profe me tiene manía” y les hemos defendido, de forma en ocasiones agresiva frente al profesorado, sin querer pensar en que normalmente el profesorado no tiene manía y normalmente también, los niños y niñas hacen normales trastadas...
Hemos abdicado en la Tele, para que les entretenga y tener así nosotr@s más libertad, más tiempo, sin pensar, o lo que es peor sin dar importancia a lo que allí ven: series que no por ser de dibujos dejan de ser terriblemente agresivas, películas con personajes amorales que presentados como atractivos y simpáticos van a ser modelos para nuestr@s hij@s, olvidando que los niños y niñas aprenden por observación.
Teniendo un mínimo de paciencia y analizando veremos en un día cuántas proyecciones hay en que no salgan asesinatos, odios, violaciones, robos... Nos asombraremos. Y eso no es la vida pero de eso se aprende y se pasa a considerar normal.
Nuestra lista podría ser larga.
Quizás podamos reflexionar. Quizás aún nuestra abdicación no sea definitiva y podamos volver a ser padres.
Hemos abdicado de padres y pretendido ser amigos, sin pensar que los amigos se eligen y los padres se precisan.
Hemos abdicado de fijar los límites de acción de nuestros hij@s a su propia voluntad del momento.
Hemos abdicado de enseñarles cómo es la vida para mostrarles sólo postales de color rosa.
Hemos abdicado de estimularles al esfuerzo, dándoles la merienda antes de que la pidieran, llevándoles la mochila del cole sin que se hagan conscientes del peso innecesario que le van metiendo.
Hemos abdicado de que aprendan a compartir.
Hemos abdicado de mandar cuando se precisa, haciéndoles pensar que así sería su futuro.
Hemos abdicado de permitirles que vivieran alguna frustración,, sin caer en la cuenta de que en la vida vivimos tantas frustraciones que aprender a soportarlas o a resolverlas es imprescindible. Y que nosotros podemos enseñárselo progresivamente.
Hemos abdicado en el colegio para que allí tomen la responsabilidad de su educación sin pensar que es algo permanente, constante y que precisa la colaboración máxima de tod@s cuantos en ella intervienen. Incluso de forma sistemática les hemos dado la razón cuando nos han dicho: “el profe me tiene manía” y les hemos defendido, de forma en ocasiones agresiva frente al profesorado, sin querer pensar en que normalmente el profesorado no tiene manía y normalmente también, los niños y niñas hacen normales trastadas...
Hemos abdicado en la Tele, para que les entretenga y tener así nosotr@s más libertad, más tiempo, sin pensar, o lo que es peor sin dar importancia a lo que allí ven: series que no por ser de dibujos dejan de ser terriblemente agresivas, películas con personajes amorales que presentados como atractivos y simpáticos van a ser modelos para nuestr@s hij@s, olvidando que los niños y niñas aprenden por observación.
Teniendo un mínimo de paciencia y analizando veremos en un día cuántas proyecciones hay en que no salgan asesinatos, odios, violaciones, robos... Nos asombraremos. Y eso no es la vida pero de eso se aprende y se pasa a considerar normal.
Nuestra lista podría ser larga.
Quizás podamos reflexionar. Quizás aún nuestra abdicación no sea definitiva y podamos volver a ser padres.
Jaime Fuster Pérez. Psicólogo.