La rehabilitación de cualquier dependiente se suele realizar en el entorno familiar, y este entorno debe de participar activamente en el proceso de rehabilitacion. Hasta aquí es muy fácil decirlo, y entenderlo. Las dificultades las encontramos cuando nos vamos de la asociación y tratamos de llevar a la convivencia diaria las cosas que oímos en las sesiones.
Uno de los grandes lastres que encontramos en los familiares es el miedo a las recaidas, llevando ese miedo a donde va nuestra pareja o hijo, con quien esta, que estará haciendo, etc. La confianza-desconfianza en el dependiente puede ayudar o entorpecer el proceso terapéutico.
Debemos confiar en el dependiente, siempre que este nos muestre comportamientos y acciones de confianza, y a la vez, debemos saber e interesarnos por sus problemas y comportamientos. La herramienta para esto es la comunicacion.
Lo ideal es tener una buena comunicacion con nuestra pareja o hijo/a, pero que la etiqueta de dependiente no se anteponga siempre en nuestros pensamientos.
Es facil es decirlo y facil llevarlo a la practica con paciencia y constancia.