NO SE DESESPERE NI PARALICE. DEMUESTRELE QUE ESTA DISPUESTO A ASUMIR EL PROBLEMA, Y QUE LO HARA CON O SIN SU CONSENTIMIENTO.                                      
NO LE OCULTE SU MALESTAR NI SU SENTIMIENTO DE FRUSTRACION. 
AVISELE QUE BUSCARA AYUDA. NO HAGA COSAS A ESCONDIDAS. 
NO OCULTE LA REALIDAD AL RESTO DE LA FAMILIA. ESO AYUDARA  A HACER SU MENSAJE MAS CREÍBLE.                                                                                                                   
ANIMESE A "ABRIR EL JUEGO". CONVERSE CON EL SOBRE ESTA  REALIDAD.               
NO BUSQUE CULPABLES DENTRO NI FUERA  DE LA FAMILIA, NO SIRVE DE NADA.                                            
NO TRATE A SU HIJO COMO A UN "ENFERMO", NI COMO UN DISCAPACITADO. RESPONSABILIZELO DE SUS ACCIONES                                                                               
ESTABLEZCA LIMITES A LAS CONDUCTAS QUE UD. NO CONSIDERA COMO PROPIAS DE SU HOGAR, Y NO INTENTE DISCUTIR CON EL. ACERCA DEL PORQUE CONSUME?. AHORA SE TRATA DE HACER,  NO DE DISCUTIR.
NO SE VICTIMICE NI CULPABILICE, POR EL CONTRARIO MUESTRESE CAPAZ Y DECIDIDO A ENFRENTAR EL PROBLEMA.                                                                                                                                                                                          
BUSQUE AYUDA ESPECIALIZADA URGENTE. EL TIEMPO ES VIDA.     
                                                     ¡¡ SE PUEDE!!               
             Norma Beatriz Romero

El pasado lunes, tuvimos la visita de la alcaldesa en nuestra asociación, para tomar contacto con nosotros, como ha hecho en otras ocasiones. Mostrando interes por nuestras demandas y necesidades. Miembros de la asociación identificaron el botellon como uno de los problemas del municipio.
Mi visión( Antonio J.  Espejo) sobre el problema es mas amplia y extensiva.

Desde mi punto de vista ningún municipio, capital, provincia, región o nación podrá avanzar hacia un futuro mejor si permite y consiente que miles de jóvenes en edad de formación, dediquen su tiempo a coquetear con el alcohol y las drogas.
Las personas, deben de adquirir sus conocimientos y habilidades laborales a lo largo de sus primeros años de vida. Cuando el cerebro esta en formacion.
Las últimas investigaciones científicas sobre los efectos que el alcohol provoca en la salud resultan concluyentes: los atracones de fin de semana, tan habituales entre los jóvenes españoles, son letales para el desarrollo neurológico. El alcohol provoca graves daños en la memoria y el aprendizaje de un cerebro aún inmaduro.

Hay que hacer algo y hay que hacerlo ya si no queremos tener una generación adulta llena de irresponsables, de memoria frágil, poco formada y para los que la palabra esfuerzo apenas tiene significado. Jovenes que se supone que trabajaran,  generaran  nuestras jubilaciones, y serán el futuro de nuestros municipios y ciudades.

 Diversos estudios realizados en adolescentes entre 13 y 17 años que consumían alcohol en exceso demostraron que tenían un 10 por ciento menos de capacidad para recordar la información aprendida previamente,  mayor lentitud para procesar la información,  problemas de atención y dificultades para realizar tareas de planificación, organizarse, controlar  los sentimientos o tomar decisiones con criterio.

La ingesta de cuatro o cinco copas de viernes a domingo (hay quien empieza el jueves) entre los 13 y los 21 años, reduce la capacidad de aprendizaje, la memoria, el autocontrol, la planificación y da papeletas para ser alcohólico de mayor.

Los padres restan importancia a los consumos de sus hijos, centrándose solo en los efectos que  ocasionan los consumos: los padres se preocupan por los resultados escolares, la falta de atención, las malas actitudes de sus hijos, etc olvidando que esos son los resultados de los consumos y los estilos de vida que acarrea el alcohol o la droga. Muchos ven las consecuencias del botellon como el problema, ejemplo: las basuras. Negándose a ver el origen: el alcohol o droga es la causa de todo el rosario de efectos indeseados.

Resumiendo: Ninguna sociedad  avanzara si permite que sus jóvenes consuman alcohol y/o drogas. Los  políticos de cualquier signo no quieren mojarse. Si el tabaco es perjudicial para los niños y adolescentes, porque no se preocupan de una manera seria con el alcohol o las drogas.

Terapia 14/Marzo Los celos

Llamamos celos a esa manera de control obsesivo que se pone en marcha ante el miedo a perder una "posesión". De nuevo nos encontramos con que los pensamientos pueden desencadenar emociones negativas
Los celos son su manera de controlar aquello que se teme perder.
La persona víctima de los celos del otro, se siente cada vez más agobiada y necesita huir de tal aprieto. Los celos siempre acaban produciendo el efecto contrario del deseado: el receptor de los celos no aguanta más una fidelidad nunca creíble, por más justificaciones que lleve acabo y el celoso se siente atormentado por su fijación de ideas. La consecuencia más previsible es la ruptura de la relación tan protegida.
Los celosos padecen de celos cuatro veces:
1.-Por ser celosos.
2.-Por reprocharse estar celoso
3.-Por temer que los celos hieran al otro.
4.-Por dejarse someter a una nadería, “tontería”.
En experiencias realizadas con animales (Lorenz,), determinó que el apego que éstos manifestaban por sus madres no estaban basados en la necesidad de alimentación sino en la de seguridad. En los seres humanos encontramos la tendencia hacia una figura de apego durante toda la vida, la madre. La  figura de apego inicial, puede ser sustituida por otra persona, por ejemplo, la pareja.
Cualquier cambio en el contexto de la pareja puede llegar a ser motivo para una reacción de celos. Aparecen pensamientos de engaño y se atiende selectivamente a señales de alerta, creando de esta manera un rival imaginario inexistente. Al no poder controlar estos sentimientos la persona se torna cada vez más insegura e hipervigilante, generando, como consecuencia, reacciones agresivas o "escenas de celos".
A largo plazo, los interrogatorios se vuelven rutina, la persona celosa controla la libertad y movimientos de su pareja y la relación comienza a deteriorarse. La comunicación se ve reducida exclusivamente a las preocupaciones y pensamientos del celoso.
James Parr, dice que surgen en una relación amorosa debido a tres factores: comparación, competencia y el temor a ser reemplazado. Si uno se ama a sí mismo, la comparación con los otros disminuye y cuando la competencia no existe, se es menos vulnerable a sentir celos. Al volverse irremplazable en una relación los celos desaparecen.
En ocasiones, cuando los celos aparecen, son debido a mal interpretaciones de situaciones ambiguas. En vez de pararse a pensar en otras posibles explicaciones, se permite que las emociones inunden el razocinio. Por este motivo, es muy importante tomarse un momento para analizar tanto las impresiones como los pensamientos que atraviesan la mente en situaciones ambiguas.
El alcohólico suele padecer de celos. Su inseguridad le lleva a desconfiar de su pareja. Si pretende mantener relaciones con su pareja en estado ebrio puede ser repudiado, Acto que interpretara por haber otra persona y no lo achacara a su consumo de alcohol.
La pareja del alcohólico rehabilitado tiende a controlar a su esposo. Este control, que es falta de seguridad, puede desembocar en celos. El continuo mar de dudas, puede desencadenar una lluvia de pensamientos irracionales que atormenten a la pareja del alcohólico rehabilitado.  

No supo decir NO

Los hijos de padres alcoholicos

Los hijos de alcohólicos se ven profundamente afectados por la enfermedad de alguno de sus padres y  tienen una probabilidad cuatro veces mayor que otros niños de convertirse en alcohólicos. La mayoría de los hijos de alcohólicos han experimentado cierta forma de abandono o abuso.

Un niño en este tipo de familia puede tener una variedad de problemas:
  • Culpabilidad: el niño puede creer que es la causa  de que su padre/madre abuse de la bebida.
  • Ansiedad: el niño puede estar constantemente preocupado acerca de la situación en su hogar. Puede temer que el padre alcohólico se enferme o se hiera, y puede también temer a las peleas y la violencia entre sus padres.
  • Vergüenza: los padres pueden trasmitirle al niño el mensaje de que hay un terrible secreto en el hogar. El niño que esta avergonzado no invita sus amigos a la casa y teme pedir ayuda a otros.
  • Incapacidad de establecer amistades: como el niño ha sido decepcionado tantas veces por el padre/madre que bebe, no se atreve a confiar en otros.
  • Confusión: el padre alcohólico cambia de momento, va de ser amable a ser violento sin ninguna relación con el comportamiento del niño.
  • Ira: el niño siente ira y rabia contra el padre alcohólico porque bebe tanto y suele estar enojado también con el padre que no es alcohólico porque no le da apoyo y protección.
  • Depresión: el niño se siente solo e incapaz de poder hacer algo para cambiar la situación.
Algunos hijos de alcohólicos tratan de actuar como "padres" responsables en la familia y entre sus amigos. Tratan de hacerle frente al alcoholismo convirtiéndose en personas controladoras, que tienen mucho éxito en la escuela, pero que viven emocionalmente aislados de otros niños y maestros. Sus problemas emocionales no son aparentes hasta que se convierten en adultos. 

Aparte de que los hijos de alcohólicos tienen una gran probabilidad de convertirse en alcohólicos, las investigaciones demuestran también que a menudo tienden a casarse con personas que ya son o van a ser alcohólicas. Es posible que aunque no se vuelva alcohólico o se case con alguien alcohólico, desarrolle patrones emocionales y psicológicos, o de ambos tipos, que podrían causarle problemas en su edad adulta. 

Los adultos que fueron hijos de alcohólicos frecuentemente tienen dificultades para identificar y expresar los sentimientos. Se vuelven muy rígidos y controladores. Algunos descubren que son completamente dependientes de los demás; aparece la codependencia.  A menudo sus vidas están llenas de una sensación difusa de temor y de culpa. Muchos se sienten deprimidos y con frecuencia no tienen la capacidad de sentirse cercanos de otro ser humano ni de establecer una relación de intimidad con nadie. 


Alazraki Yossifoff, Claudia

Familias de enfermos alcoholicos

Es importante recalcar que el alcohólico no existe en el vacío. La enfermedad no es un padecimiento solitario

INCOHERENCIA
Uno de los indicadores más claros de que una familia está funcionando bien es la coherencia, los términos que mejor describen la vida en una familia alcohólica son lo incoherente y lo impredecible. Generalmente, lo que un cónyuge o un hijo hacen cuando viven en un ambiente alcohólico, lo hacen porque en ese momento tiene lógica para ellos. En la medida en que los problemas que rodean al alcoholismo van produciendo más y más incoherencia e impredictibilidad en el hogar.(Black, 1991).
Para ello, la familia adopta roles disfuncionales que los llevan a sobrevivir la enfermedad de uno de sus miembros.
1). El rescatador: este miembro se encarga de salvar al adicto a los problemas que resultan de su adicción. Son los que inventan las excusas, pagan las cuentas, llaman al trabajo para justificar ausencias, etc. Ellos se asignan a sí mismos la tarea de resolver todas las crisis que el adicto produce. De esta manera promueve el autoengaño del adicto, manteniéndolo ciego a las consecuencias de su adicción y convencido de que no existe ningún problema con su uso.
2). El cuidador: ellos asumen con ímpetu todas las tareas y responsabilidades que puedan, con tal de que el adicto no tenga responsabilidades, o tenga las menos posibles. Ellos actúan así convencidos de que al menos "las cosas están andando". Lo que no pueden ver es que esto, los carga con tareas que no les corresponden y con responsabilidades que no son suyas, produciendo una sobrecarga que afecta su salud. Esto a su vez promueve la falta de conciencia en el adicto.
3). El rebelde: la función del rebelde u oveja negra, es desenfocar a la familia y atraer la atención sobre sí mismo, de modo que todos puedan volcar sobre él su ira y frustración.
4). El héroe: el también está empeñado en desviar la atención de la familia hacia él, a través de logros positivos. De esta manera hace que la familia se sienta orgullosa, y ayuda a la familia a distraer la atención que tiene sobre el adicto.
5). El recriminador: esta persona se encarga de culpar al adicto a todos los problemas de la familia. Esto sólo funciona para indignar al adicto, brindándole así una excusa perfecta para seguir consumiendo.
6). El desentendido: usualmente es tomado por algún menor de edad que se mantiene "al margen" de las discusiones y de la dinámica familiar. En realidad es una máscara que cubre una gran tristeza y decepción que es incapaz de expresar.
7). El disciplinador: este familiar presenta la idea de que lo que hace falta es un poco de disciplina y arremete al adicto, ya sea física y/o verbalmente. Esta actitud nace de la ira y frustración que se acumulan en la familia del adicto y de los sentimientos de culpa que muchos padres albergan por las adicciones de sus hijos (Aizpún, 2006).
La dinámica de las familias alcohólicas se caracteriza por ser familias generalmente inflexibles en donde las reglas, por lo general, son inhumanas lo que hace que sus miembros se sientan confundidos e inútiles. En cuanto a los límites, estos tienden a ser extremos: rígidos o inexistentes. La comunicación es indirecta y encubierta en donde los sentimientos carecen de valor. Promueven la rebelión y la dependencia teniendo como consecuencia que sus miembros sean incapaces de resolver conflictos, por lo tanto, el resultado es inapropiado y destructivo (Woititz, 1983).
Entre los especialistas en adicciones, existe un dicho que dice que "en la familia alcohólica existe un elefante en la sala". Ese elefante es la adicción, y nadie habla de ella ni acepta que existe pero todos funcionan a partir de esta.
Las familias alcohólicas se mueven y acomodan a las exigencias de la vida con un miembro alcohólico.
Existen algunos especialistas que afirman que la familia con un miembro alcohólico no es una familia disfuncional, es una familia que ha aprendido a funcionar con un miembro enfermo gracias al reacomodo que se da a raíz de la enfermedad. Se vuelve disfuncional cuando el alcohólico entra a tratamiento y comienza a cambiar el rol central que tenia en la familia. La familia tiene que readaptarse y sus miembros han de  asumir sus propias funciones, trabajo que les cuesta y en el que en ocasiones no están dispuestos a cambiar de papel que han desempeñado tras años de experiencia.
En ocasiones sus mecanismos defensivos adquieren dimensiones tan patológicas como las del adicto. Ese intento fallido por ayudar al alcohólico los hace llevar a cabo conductas "facilitadoras" que en lugar de detener la enfermedad la prolongan (Cermak, 1986).
La facilitación se genera en un nivel automático e inconsciente por diferentes razones, entre las que destacan:
1). Proteger o ayudar al alcohólico. Encubrimos lo que no debemos. "Tapar"
2). Evitar el conflicto en la relación con el alcohólico. No se le critica para evitar consecuencias mayores.
3). Creer que ignorar el problema es la mejor manera de que desaparezca.
4).Confundir amor al enfermo alcohólico con solucionarle problemas, impedir que este afronte las consecuencias de sus actos,   facilitándole las normas de convivencia familiar.
5). Tener aspectos no resueltos personales o familiares sobre el uso de alcohol o drogas, muchos miembros de la familia siguen pensando que es un problema de “vicio” y no es una enfermedad.