Ninguna sociedad avanzara si permite que sus jóvenes consuman alcohol y/o drogas
Publicado por ARLO en 19:37El pasado lunes, tuvimos la visita de la alcaldesa en nuestra asociación, para tomar contacto con nosotros, como ha hecho en otras ocasiones. Mostrando interes por nuestras demandas y necesidades. Miembros de la asociación identificaron el botellon como uno de los problemas del municipio.
Mi visión( Antonio J. Espejo) sobre el problema es mas amplia y extensiva.
Las personas, deben de adquirir sus conocimientos y habilidades laborales a lo largo de sus primeros años de vida. Cuando el cerebro esta en formacion.
Las últimas investigaciones científicas sobre los efectos que el alcohol provoca en la salud resultan concluyentes: los atracones de fin de semana, tan habituales entre los jóvenes españoles, son letales para el desarrollo neurológico. El alcohol provoca graves daños en la memoria y el aprendizaje de un cerebro aún inmaduro.
Hay que hacer algo y hay que hacerlo ya si no queremos tener una generación adulta llena de irresponsables, de memoria frágil, poco formada y para los que la palabra esfuerzo apenas tiene significado. Jovenes que se supone que trabajaran, generaran nuestras jubilaciones, y serán el futuro de nuestros municipios y ciudades.
Diversos estudios realizados en adolescentes entre 13 y 17 años que consumían alcohol en exceso demostraron que tenían un 10 por ciento menos de capacidad para recordar la información aprendida previamente, mayor lentitud para procesar la información, problemas de atención y dificultades para realizar tareas de planificación, organizarse, controlar los sentimientos o tomar decisiones con criterio.
La ingesta de cuatro o cinco copas de viernes a domingo (hay quien empieza el jueves) entre los 13 y los 21 años, reduce la capacidad de aprendizaje, la memoria, el autocontrol, la planificación y da papeletas para ser alcohólico de mayor.
Los padres restan importancia a los consumos de sus hijos, centrándose solo en los efectos que ocasionan los consumos: los padres se preocupan por los resultados escolares, la falta de atención, las malas actitudes de sus hijos, etc olvidando que esos son los resultados de los consumos y los estilos de vida que acarrea el alcohol o la droga. Muchos ven las consecuencias del botellon como el problema, ejemplo: las basuras. Negándose a ver el origen: el alcohol o droga es la causa de todo el rosario de efectos indeseados.
Resumiendo: Ninguna sociedad avanzara si permite que sus jóvenes consuman alcohol y/o drogas. Los políticos de cualquier signo no quieren mojarse. Si el tabaco es perjudicial para los niños y adolescentes, porque no se preocupan de una manera seria con el alcohol o las drogas.
2.-Por reprocharse estar celoso
3.-Por temer que los celos hieran al otro.
4.-Por dejarse someter a una nadería, “tontería”.
Los hijos de alcohólicos se ven profundamente afectados por la enfermedad de alguno de sus padres y tienen una probabilidad cuatro veces mayor que otros niños de convertirse en alcohólicos. La mayoría de los hijos de alcohólicos han experimentado cierta forma de abandono o abuso.
- Culpabilidad: el niño puede creer que es la causa de que su padre/madre abuse de la bebida.
- Ansiedad: el niño puede estar constantemente preocupado acerca de la situación en su hogar. Puede temer que el padre alcohólico se enferme o se hiera, y puede también temer a las peleas y la violencia entre sus padres.
- Vergüenza: los padres pueden trasmitirle al niño el mensaje de que hay un terrible secreto en el hogar. El niño que esta avergonzado no invita sus amigos a la casa y teme pedir ayuda a otros.
- Incapacidad de establecer amistades: como el niño ha sido decepcionado tantas veces por el padre/madre que bebe, no se atreve a confiar en otros.
- Confusión: el padre alcohólico cambia de momento, va de ser amable a ser violento sin ninguna relación con el comportamiento del niño.
- Ira: el niño siente ira y rabia contra el padre alcohólico porque bebe tanto y suele estar enojado también con el padre que no es alcohólico porque no le da apoyo y protección.
- Depresión: el niño se siente solo e incapaz de poder hacer algo para cambiar la situación.
Aparte de que los hijos de alcohólicos tienen una gran probabilidad de convertirse en alcohólicos, las investigaciones demuestran también que a menudo tienden a casarse con personas que ya son o van a ser alcohólicas. Es posible que aunque no se vuelva alcohólico o se case con alguien alcohólico, desarrolle patrones emocionales y psicológicos, o de ambos tipos, que podrían causarle problemas en su edad adulta.
Los adultos que fueron hijos de alcohólicos frecuentemente tienen dificultades para identificar y expresar los sentimientos. Se vuelven muy rígidos y controladores. Algunos descubren que son completamente dependientes de los demás; aparece la codependencia. A menudo sus vidas están llenas de una sensación difusa de temor y de culpa. Muchos se sienten deprimidos y con frecuencia no tienen la capacidad de sentirse cercanos de otro ser humano ni de establecer una relación de intimidad con nadie.
Es importante recalcar que el alcohólico no existe en el vacío. La enfermedad no es un padecimiento solitario
INCOHERENCIA |
Para ello, la familia adopta roles disfuncionales que los llevan a sobrevivir la enfermedad de uno de sus miembros.
1). El rescatador: este miembro se encarga de salvar al adicto a los problemas que resultan de su adicción. Son los que inventan las excusas, pagan las cuentas, llaman al trabajo para justificar ausencias, etc. Ellos se asignan a sí mismos la tarea de resolver todas las crisis que el adicto produce. De esta manera promueve el autoengaño del adicto, manteniéndolo ciego a las consecuencias de su adicción y convencido de que no existe ningún problema con su uso.
2). El cuidador: ellos asumen con ímpetu todas las tareas y responsabilidades que puedan, con tal de que el adicto no tenga responsabilidades, o tenga las menos posibles. Ellos actúan así convencidos de que al menos "las cosas están andando". Lo que no pueden ver es que esto, los carga con tareas que no les corresponden y con responsabilidades que no son suyas, produciendo una sobrecarga que afecta su salud. Esto a su vez promueve la falta de conciencia en el adicto.
3). El rebelde: la función del rebelde u oveja negra, es desenfocar a la familia y atraer la atención sobre sí mismo, de modo que todos puedan volcar sobre él su ira y frustración.
4). El héroe: el también está empeñado en desviar la atención de la familia hacia él, a través de logros positivos. De esta manera hace que la familia se sienta orgullosa, y ayuda a la familia a distraer la atención que tiene sobre el adicto.
5). El recriminador: esta persona se encarga de culpar al adicto a todos los problemas de la familia. Esto sólo funciona para indignar al adicto, brindándole así una excusa perfecta para seguir consumiendo.
6). El desentendido: usualmente es tomado por algún menor de edad que se mantiene "al margen" de las discusiones y de la dinámica familiar. En realidad es una máscara que cubre una gran tristeza y decepción que es incapaz de expresar.
7). El disciplinador: este familiar presenta la idea de que lo que hace falta es un poco de disciplina y arremete al adicto, ya sea física y/o verbalmente. Esta actitud nace de la ira y frustración que se acumulan en la familia del adicto y de los sentimientos de culpa que muchos padres albergan por las adicciones de sus hijos (Aizpún, 2006).
La dinámica de las familias alcohólicas se caracteriza por ser familias generalmente inflexibles en donde las reglas, por lo general, son inhumanas lo que hace que sus miembros se sientan confundidos e inútiles. En cuanto a los límites, estos tienden a ser extremos: rígidos o inexistentes. La comunicación es indirecta y encubierta en donde los sentimientos carecen de valor. Promueven la rebelión y la dependencia teniendo como consecuencia que sus miembros sean incapaces de resolver conflictos, por lo tanto, el resultado es inapropiado y destructivo (Woititz, 1983).
Entre los especialistas en adicciones, existe un dicho que dice que "en la familia alcohólica existe un elefante en la sala". Ese elefante es la adicción, y nadie habla de ella ni acepta que existe pero todos funcionan a partir de esta.
Las familias alcohólicas se mueven y acomodan a las exigencias de la vida con un miembro alcohólico.
Existen algunos especialistas que afirman que la familia con un miembro alcohólico no es una familia disfuncional, es una familia que ha aprendido a funcionar con un miembro enfermo gracias al reacomodo que se da a raíz de la enfermedad. Se vuelve disfuncional cuando el alcohólico entra a tratamiento y comienza a cambiar el rol central que tenia en la familia. La familia tiene que readaptarse y sus miembros han de asumir sus propias funciones, trabajo que les cuesta y en el que en ocasiones no están dispuestos a cambiar de papel que han desempeñado tras años de experiencia.
En ocasiones sus mecanismos defensivos adquieren dimensiones tan patológicas como las del adicto. Ese intento fallido por ayudar al alcohólico los hace llevar a cabo conductas "facilitadoras" que en lugar de detener la enfermedad la prolongan (Cermak, 1986).
La facilitación se genera en un nivel automático e inconsciente por diferentes razones, entre las que destacan:
1). Proteger o ayudar al alcohólico. Encubrimos lo que no debemos. "Tapar"
2). Evitar el conflicto en la relación con el alcohólico. No se le critica para evitar consecuencias mayores.
3). Creer que ignorar el problema es la mejor manera de que desaparezca.
4).Confundir amor al enfermo alcohólico con solucionarle problemas, impedir que este afronte las consecuencias de sus actos, facilitándole las normas de convivencia familiar.
5). Tener aspectos no resueltos personales o familiares sobre el uso de alcohol o drogas, muchos miembros de la familia siguen pensando que es un problema de “vicio” y no es una enfermedad.