Todos sabemos que con alguna copa de mas hemos hecho alguna que otra ilegalidad o barbaridad. Culpamos al alcohol o drogas de algunos de nuestros actos. Es verdad que la droga o el alcohol modifica negativamente nuestra manera de actuar.
Pero la realidad es algo mas compleja, cuando consumimos transformamos nuestra forma de ser; nos volvemos mas egoístas, mentimos mas, manipulamos nuestro entorno, dejamos de ser responsables en algunos temas, manejamos mas la violencia o el lenguaje violento, ... queremos mantener una imagen de duros, fuertes, imagen que nos sigue dañando ante quienes nos rodean y nos quieren.
Usando este estilo de vida no necesitamos consumir para tener problemas. Viviendo rodeado de mentiras, manipulaciones, modos violentos, faltos de interés y responsabilidad, con estas premisas muchos de nuestros actos nos acarrearan problemas. Independientemente del uso que hagamos de las drogas.
Todos sabemos que las drogas acarrean problemas, pero si somos mas amplios en nuestras miras, veremos que es ese mundo el que ocasiona problemas, y no solo el hecho de haber consumido.
El consumo de drogas altera nuestra manera de actuar tras su consumo, la dependencia modifica nuestra manera de VIVIR.
2.- Los jóvenes empiezan a drogarse porque esta de moda y se lleva. Este argumento no tiene valor para las personas de criterio, pero en la adolescencia es casi fundamental. Y las modas se contagian mas que las infecciones.
3.- El deseo de verlo todo, mirarlo todo, curiosear en los entresijos de uno mismo. Vivir intensamente y experimentar sensaciones nuevas. Existe también el deseo de escapar de uno mismo de vez en cuando, abandonarse en lo que signifique esfuerzo y responsabilidad.
4.- La droga es siempre evasión.
7.- La relacion con la droga se inscribe en una dura subordinación, que te impide avanzar, te detiene y aprisiona.
Los padres permisivos suelen considerar que son tolerantes y dejan que sus hijos tomen sus propias decisiones, establezcan sus propias normas y regulen solos su propio comportamiento. Sin embargo, a pesar que este discurso pueda "sonar bien", difícilmente un niño que no conoce normas ni pautas puede tomar adecuadamente sus propias decisiones. Los padres suelen ceder ante las continuas exigencias y demandas del hijo, logrando al final, que el clima del hogar sea insoportable.
Cuando los padres permisivos imponen castigos para lograr controlar el comportamiento del niño, estos castigos suelen ser excesivamente flexibles y el niño pocas veces llega a cumplirlos. Cuando los padres permisivos tratan de imponerse, el niño reacciona con hostilidad e incluso con agresividad, ante el poder que se le está quitando. Desgraciadamente, los padres permisivos acaban "tirando la toalla", renunciando a su labor educativa, suelen manifestar que no les gusta el comportamiento de su hijo al que acaban catalogando como "malo y tirano".
La falta de normas en el hogar suele llevar a los hijos a relaciones de indiferencia hacia los padres, a un bajo desarrollo moral y a la perdida de valores. Lo que puede llevar a relaciones verdaderamente conflictivas en la adolescencia.