Todos sabemos que con alguna copa de mas hemos hecho alguna que otra ilegalidad o barbaridad. Culpamos al alcohol o drogas de algunos de nuestros actos.  Es verdad que la droga o el alcohol modifica negativamente nuestra manera de actuar.
Pero la realidad es algo mas compleja, cuando consumimos transformamos  nuestra forma de ser;  nos volvemos mas egoístas,  mentimos mas,  manipulamos nuestro entorno,  dejamos de ser responsables en algunos temas,  manejamos mas la violencia o el lenguaje violento, ...  queremos mantener una imagen de duros,  fuertes,  imagen que nos sigue dañando ante quienes nos rodean y nos quieren.
Usando este estilo de vida  no necesitamos consumir para tener problemas. Viviendo rodeado de mentiras, manipulaciones,  modos violentos, faltos de interés y responsabilidad,  con estas premisas muchos de nuestros actos nos acarrearan problemas.  Independientemente del uso que hagamos de las drogas.
Todos sabemos que las drogas acarrean problemas, pero si somos mas amplios en nuestras miras, veremos que es ese mundo el que ocasiona problemas,  y no solo el hecho de haber consumido.

 Ejemplo: Hace días un conocido tubo un accidente de trafico, el joven dijo que no había bebido, ni consumido. La Guardia Civil verifico lo que el joven dijo, que no había drogas en sangre.  Lo que nadie quiso ver es que ese joven  consumía con frecuencia,  lo que le condicionaba a mantener una imagen de duro. De forma habitual el joven era irresponsable, conducía de forma agresiva,  faltaba el respeto  a quienes les rodeaba, ect. El joven en el momento del accidente no había consumido, pero su estilo de vida le llevaba a ser irresponsable, violento, chulo,  prepotente, ... yo me pregunto: ¿influyo la droga en el accidente? aunque en ese dia diera negativo. ¿las drogas solo causan problemas cuando se consumen o cuando se conviven con ellas? ¿Cuantas veces has robado sobrio para poder consumir? ¿cuantas veces has discutido sereno sobre tus problemas de adicción? ¿cuantas veces hemos manipulado serenos para conseguir droga después?¿cuantas veces hemos prometido serenos que no íbamos a consumir mas?

El consumo de drogas altera nuestra manera de actuar tras su consumo, la dependencia modifica nuestra manera de VIVIR.

Segun el psiquiatra Enrique Rojas
 (resumen)
1.- La curiosidad:  para saber que es eso,  en que consiste,  que se experimenta.  Los jóvenes que no la prueban son tachados de personas no abiertas,  retrógrados y  atrasados.  Da la impresión de que para atravesar la adolescencia y pasar a la juventud es necesario tomar contacto con las drogas.
La presion de los compañeros en decisiva, rara vez una adolescente por si mismo se interesa por esos temas si no tiene un entorno que le anime a experimentar.

2.- Los jóvenes empiezan a drogarse porque esta de moda y se lleva. Este argumento no tiene valor para las personas de criterio,  pero en la adolescencia es casi fundamental. Y las modas se contagian mas que las infecciones.

3.- El deseo de verlo todo,  mirarlo todo,  curiosear en los entresijos de uno mismo. Vivir intensamente y experimentar sensaciones nuevas.  Existe también el deseo de escapar de uno mismo de vez en cuando, abandonarse en lo que signifique esfuerzo y responsabilidad.

4.- La droga es siempre evasión. 

5.- La droga es una reacción al vacio espiritual de nuestro tiempo.  La sed de infinito que todos llevamos dentro se satisface mediante la llave ilusoria de la droga.

6.- La droga permite alejar el dolor y el sufrimiento al menos de forma momentánea. Los que la consumen huyen de los sentimientos de fracaso y frustración.  Olvidando y descartando el sufrimiento como una gran via de aprendizaje. La droga tiende una trampa psicológica La sensación de bienestar temporal fruto del consumo, implica la perdida de libertad interior y la sumisión a un dueño: la droga.

7.- La relacion con la droga se inscribe en una dura subordinación,  que te impide avanzar, te detiene y aprisiona.
Enrique Rojas autor "el hombre light"

Permisividad.

 Autoritarismo
Recuerdas la vieja escuela, la de las varas detrás de la puerta y los bastones de castigo adornando las paredes, la de pocas palabras. Esa que gobernó con mano de hierro la vida de nuestros padres o de nuestra infancia.
Fue la era de la enseñanza que provenía de la autoridad indiscutible de los adultos, los que señalaban el camino a los cuales sólo cabía obedecer. "Ya vendrá tu tiempo para educar a tus hijos a tu gusto, ahora es nuestro turno", repetían sin soberbia, pero con un sentido de responsabilidad a toda prueba.

Permisividad

Pero, tal como el péndulo, se dio un giro hacia otro extremo. Fue la generación de posguerra, la de los jóvenes que volvieron, los que se desencantaron con el modelo de la rigidez y la obediencia ciega.
Fue la bonanza del "dejar hacer". El momento en que se creyó que cualquier medida coercitiva pondría paredes al crecimiento de los hijos.  Se creyó que los límites serían un daño.

La reacción

Sin embargo, siempre se vuelve a un punto de encuentro, donde las generaciones que vienen se dan cuenta que la verdad no está ni en un extremo ni en otro.

Los límites

En ese contexto surgieron voces para decir que era necesario establecer límites, sin ahogar la libertad. Hitos que condujeran, pero sin dañar a la persona que debía caminar por el sendero.

El niño de esa época permisiva "creció en el vacío, sin límites, sin fronteras, sin carteles orientadores, sin sustento, sin apoyo. En consecuencia no creció".

Límites y convivencia

 "los límites son reglas de convivencia". Establecen los linderos por los cuales hemos de guiarnos. El camino que orienta el norte de nuestras vidas.
Sin límites sólo hay caos.
Cuando los padres establecen límites, están poniendo un camino en la vida de sus hijos. La vida es relacionarse con otras personas. Cuando no se establecen límites adecuados entonces se avasalla al otro, se destruye la armonía, y se  perjudica al que se acompaña, mas tarde o mas temprano.
"el hogar debe proporcionar alternativas, pensamiento crítico, ponerles límites internos a los límites externos".

Los riesgos de la permisividad

"los padres permisivos no dan libertad, dan licencia, otorgan vacío para que el otro haga lo que quiera". Esa pseudo libertad que a la postre se convierte en esclavitud a los caprichos, al devenir de las modas, a la nada...

"En medio de tanto miedo a los hijosmiedo a los límites, miedo a perder la simpatía y la benevolencia de nuestros vástagos, aprendimos a decir solamente sí y nos reprimimos con el no, como si fuera maléfico". Eso llevó indeclinablemente a la permisividad de la que se cosechan los desvaríos de jóvenes sin rumbo

Conclusión

Educar es instruir, formar, pulir y limar a una persona para que
se vuelva más armónica y sea capaz de gobernarse a sí misma.    La mejor educación pretende construir la felicidad, pero sin    olvidar que no hay felicidad sin sacrificio y renuncias

LA AUTOESTIMA

La autoestima se aprende desde pequeño. Ninguna niña pequeña se ve gorda ni fea, Son los demás los que nos valoran y posteriormente nosotros aprendemos a hacerlo. Eso no quiere decir que lo hagamos de forma correcta.

AUTOESTIMA: Determina el respeto que sentimos por nosotros mismos y el valor que nos otorgamos como seres humanos.  El nivel de autoestima que posea una persona condiciona no solo lo que piensa de si, sino también su manera de actuar y los objetivos vitales que se plantea.
A medida que fuimos creciendo y adquiriendo vivencias, fuimos interiorizando las voces que un día salieron de los labios de allegados, de forma que los que antes eran mandatos e imperativos externos se fueron transformando en deberes y criticas internas, que nos sirvieron para acusarnos severamente en muchas circunstancias. Esta critica "enferma" unicamente nos habla de nuestros defectos, nos compara desfavorablemente con los demás, nos asigna etiquetas despreciativas(tonto, inútil, fracasado...) y se empeña en menospreciar  día a día nuestros sentimientos de valía personal.
Estas criticas y/o autocriticas las podemos agrupar en varios grupos:
- tomar una parte por el todo (filtro mental). Supone cuestionarnos todo por un error o fracaso. Ej: "Siempre me van las cosas peor que a los demás", "todo me va mal", "nunca aprenderé",  ...
- Poner el enfacis en lo que falta y no tener en cuenta lo que ya he logrado. Ej: "la cena fue desastrosa, se me olvido meter el cava en el frigorífico", "mi formación es de pena, no se nada de ordenadores"(aunque sepa de otras cosas).
- Compararse permanentemente y siempre salir perdiendo.

- Tratarse con indiferencia. Personas volcadas permanentemente en el interés de los demás, relegando su interés a un segundo o tercer nivel.
- Atribuir poca importancia a los propios logros o cualidades. Ej: "es una receta muy sencilla, cualquiera puede hacerla, no tiene importancia, no me ha costado nada pintar la habitación de los niños".
- Juzgarse globalmente a través de etiquetas descalificadoras. Ej: "Soy un desastre, otra vez se me ha olvidado...", "Que idiota he sido por .."(un error no califica una persona).

Si identificamos algunos de los pensamientos negativos que nos damos a nosotros mismos, seremos capaces de cortar esa entrada de criticas continuas que nos van minando nuestra valía y calidad humana.

Los padres permisivos


En las familias con padres con un estilo educativo permisivo la educación se basa en la falta de normas y límites. Los padres permisivos  suelen dejar total libertad al niño para realizar aquello que quiera en el momento que quiera. No ejercen la autoridad que tienen como padres de manera que el niño no percibe límites ni pautas de comportamiento, ante la ausencia de mando, el niño suele tomar el poder.
Los padres permisivos suelen considerar que son tolerantes y dejan que sus hijos tomen sus propias decisiones, establezcan sus propias normas y regulen solos su propio comportamiento. Sin embargo, a pesar que este discurso pueda "sonar bien", difícilmente un niño que no conoce normas ni pautas puede tomar adecuadamente sus propias decisiones. Los padres suelen ceder ante las continuas exigencias y demandas del hijo, logrando al final, que el clima del hogar sea insoportable.
Cuando los padres permisivos imponen castigos para lograr controlar el comportamiento del niño, estos castigos suelen ser excesivamente flexibles y el niño pocas veces llega a cumplirlos. Cuando los padres permisivos tratan de imponerse, el niño reacciona con hostilidad e incluso con agresividad, ante el poder que se le está quitando. Desgraciadamente, los padres permisivos acaban "tirando la toalla", renunciando a su labor educativa, suelen manifestar que no les gusta el comportamiento de su hijo al que acaban catalogando como "malo y tirano".

La falta de normas en el hogar suele llevar a los hijos a relaciones de indiferencia hacia los padres, a un bajo desarrollo moral y a la perdida de valores.  Lo que puede llevar a relaciones verdaderamente conflictivas en la adolescencia.
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