El alcoholismo altera profundamente la organización de la familia
y las relaciones afectivas. En una familia con problemas de alcohol
son habituales las discusiones, las agresiones, la frustración,
la desconfianza, el resentimiento y los reproches. En un
ambiente tan confuso, los niños tienen dificultades para crecer felices.
ambiente tan confuso, los niños tienen dificultades para crecer felices.
Sus padres suelen estar nerviosos o tristes, se comportan de
forma extraña e impredecible, olvidan sus promesas, dejan de
celebrar fiestas y de reunirse con amigos…
Todos los miembros de la familia acaban sintiéndose culpables
Todos los miembros de la familia acaban sintiéndose culpables
y avergonzados de la situación, lo que provoca una falta de
comunicación absoluta sobre lo que se considera el secreto
de la familia.
El alcoholismo se convierte en un tema tabú, dentro y fuera de casa.