La bajada de precios de algunas drogas, como el cannabis o la cocaína, hacen que para los adolescentes sea más fácil consumirlas
 Según los datos más recientes proporcionados por el Observatorio Nacional sobre Drogas español, los jóvenes comienzan a utilizarlas a los 14 años.

¿Cuándo lo hacen? Los fines de semana, y casi siempre, añadiendo alcohol. Puede que sea un chico totalmente normal e integrado en la sociedad: estudia, ayuda en casa, hace deporte... pero de viernes a sábado consume drogas y, aunque parezca dificil, ese consumo esporádico es también  peligroso.

Cada vez que un joven recurre a las drogas para disfrutar de la vida o enfrentarse a sus exigencias, está limitando la oportunidad de desarrollar sus propios recursos. El consumo de drogas induce, por otra parte, a comportamientos "descontrolados" en los que no se miden los riesgos, ni las consecuencias de lo que se está haciendo.

Además, muchas de las drogas que se encuentran en el mercado ilegal están con frecuencia sometidas a procesos de adulteración. En estos casos, el consumidor no sabe qué es lo que está tomando y, por lo tanto, se encuentra con unos riesgos añadidos imprevisibles.

Todos los expertos están de acuerdo en que existen diversos factores de riesgo que pueden conducir al adolescente a consumir drogas:
- falta de autonomía en la toma de decisiones
- escasa capacidad crítica ante las presiones de los amigos
- incapacidad para la resolución de conflictos o problemas
- falta de autocontrol
- un sistema de valores poco definido, marcado por una ausencia de responsabilidad en los comportamiento
- baja autoestima
El ambiente en que se mueve la persona también es decisivo a la hora de consumir drogas. Existen ambientes en los que estas sustancias gozan de prestigio social, está bien visto tomarlas, se asocian al ocio y a la diversión, están de moda y, todo ello, facilita su consumo.

La información que circula en estos ambientes suele estar sesgada de forma que se minimizan los riesgos y se exageran sus ventajas. Sabemos que determinadas ambientales conflictivos o marginales repercuten directamente en el inicio del consumo de drogas.