BINGE DRINKING O ATRACON


Actualmente los hábitos de consumo de alcohol en los jóvenes ha cambiado, respecto a una o varias décadas antes. En España siempre se ha comido con alcohol, y se han celebrado fiestas con alcohol. Sin embargo no encontrábamos tantos problemas de adicciones. Cuando hemos consumido sustancias alcohólicas la hemos realizado con un modo de consumo Mediterráneo. Hemos bebido en la comida con la familia a la mesa, hemos bebido por motivos de alegría para celebrar bautizos, bodas, cumpleaños, fiestas, etc. Hemos bebido saboreando los vinos, y disfrutando de las compañías.
Actualmente los motivos y fines de la ingesta de alcohol son distintos. Actualmente hablamos de “Binge drinking” que es modelo de ingesta distinto. Se bebe con la intención explicita de alcanzar la intoxicación o  borrachera. La ingesta se hace en un corto periodo de tiempo, para obtener los resultados lo ante posible.  La borrachera es un logro, un objetivo.  Mientras que hace años era un error: “me pase en la fiesta de ayer”, o al menos no era intencionada.
Pero este modo de consumo de “atracones” en cortos periodos de tiempo acarrea más problemas, que la misma cantidad alcohólica repartida a lo largo de la semana. Estudios demuestran que el ‘binge drinking’ produce cambios  químicos o estructurales en el cortex frontal“. Estos cambios en los jóvenes se trata del momento en el que el crecimiento del cortex, nuestra materia gris, alcanza un pico y está asociado con una gran reorganización de las neuronas. Muchas teorías apuntan que esta construcción cerebral durante el desarrollo ayuda al adolescente a adaptarse a de la vida mientras madura hacia la edad adulta.
Un exceso en el consumo perjudica:
  • Funciones ejecutivas del córtex frontal (memoria, atención, pensamiento, lenguaje…)
  • Disminuye el rendimiento en tareas que implican algunos procesos de memoria de trabajo  y de memoria declarativa (a largo plazo)
  • Funciones visoespaciales: representan el grupo de funciones cognitivas utilizadas para analizar y comprender el espacio (su entorno) en 2D y 3D. Estos procesos incluyen imágenes y navegación mental, percepción de la distancia y profundidad, así como la construcción viso-espacial.