1. Aprendamos a decir "NO". Le hacemos  daño a nuestros hijos cuando les damos todo lo que quieren. Motivamos el inmediatismo, la falta de esfuerzo y le damos a la satisfacción un papel muy peligroso.
  2. Pongamos límites claros.
  3. Seamos consecuentes con normas y castigos. Si decimos “3 días sin Internet” que sean 3 días, no nos dejemos vencer por besos y abrazos manipuladores que nos hagan cambiar de opinión, para que perciban que la responsabilidad y las consecuencias de los actos son asunto serio.
  4. Pongamos sanciones que realmente les hagan percibir que se han equivocado.  Quitarles el Internet, no darles dinero, ponerles oficios de la casa, serían algunas opciones. Siempre debemos definir el tiempo del castigo (un fin de semana, 3 días, una semana, etc., ). Ponerlos sin agresividad.
  5. Conozcamos a nuestros hijos y su entorno. Tengamos teléfonos de los amigos y sus padres. Sepamos a dónde van, con quién salen y qué hacen. Pero tengamos cuidado en no excedernos acosando a nuestro hijo o a sus amigos, la intensión no es entrometerse en las relaciones sino tener información importante.
  6. Si les permitimos salir a fiestas revisemos el estado en que regresan. Discretamente acerquémonos a saludar y percibamos si tienen olor a alcohol o cigarrillo, miremos si sus ojos están rojos o con las pupilas dilatadas, si actúan demasiado acelerados o si por el contrario están torpes y lentos.
  7. Ante el primer evento de embriaguez pongamos sanciones que les permitan apreciar las graves consecuencias de su conducta. La primera vez dará la pauta para que el joven decida si lo hace o no nuevamente. Pero no en el instante de ebriedad, debemos dejar que el efecto del alcohol pase y al día siguiente hablaremos seriamente sobre las consecuencias que esta conducta les ha traído.
  8. Tengamos cuidado en no reforzar o premiar conductas negativas o adictivas. Evitemos ayudarles a pasar la resaca con calditos, bebidas hidratantes y/o pastillas. Que sientan “sin anestesia” las consecuencias de su comportamiento.
  9. Supervisemos y controlemos otras conductas potencialmente adictivas como excesos con la Internet, los juegos, la comida, los dulces, etc.
  10. Informémonos. Aprendamos sobre diferentes sustancias, sus efectos y consecuencias..
  11. Hablemos con claridad. Expresemos nuestra postura y expectativas sin usar gritos, sin dar "sermones" y sin agredirlos.
  12. Corrijamos malos hábitos y comportamientos, enseñándoles a asumir su responsabilidad.
  13. Evitémosles situaciones de riesgo. Acostumbremosles a llamar y decir que hacen o van a hacer, ademas de indicar su hora estimada de llegada (creamosles responsabilidades).
  14. Asignémosles responsabilidades de acuerdo a su edad.
  15. Seamos adultos confiables, no nos horroricemos con lo que nos cuentan y aprovechemos para orientar en el momento justo. Establezcamos redes de apoyo con padres y amigos. 
  16. DEMOS EJEMPLO.