DECIR NO


-No- Es una palabra simple y muy corta,  y sin embargo nos cuesta mucho pronunciarla.
Pero también tiene su parte positiva: es  imprescindible para defender nuestros derechos y satisfacer nuestras necesidades: evita que los demás se aprovechen de nosotros y nos permite mantenernos firmes y seguros en nuestras opiniones. 

Muchas veces evitamos decir NO por miedo al rechazo, a la desaprobación, al desamor y a la antipatía de los demás. Tenemos miedo a que alguien piense que somos débiles o que no tenemos el suficiente coraje. La raíz siempre es el miedo. 
El decir “no” es difícil cuando implica ir en contra de las expectativas o deseos de otro. El conflicto surge  cuando se encuentran dos necesidades opuestas. Tenemos que decidir a qué necesidad darle prioridad, si a la mía, o a la del otro


El problema de no saber decir “no” es que después tenemos que afrontar las consecuencias. Nos obligamos a vivir situaciones que no deseábamos. 
El aprendizaje es largo y a veces doloroso, pero sólo quienes se conocen a sí mismos pueden decir no y sí a lo que realmente quieren.

Si sigues permitiendo que esta situación sea parte de tu día a día, eso va interferir en tu autoestima, en tu seguridad, en tu confianza. No te permitirá mejorar como persona porque  sentirás que la gente no te respeta.

Decir No, no es un tema solo de drogas sino de personalidad, de autoestima, de confienza, de seguridad, de dignidad como persona.