EL ORGULLO


Orgullo es una palabra que tiene dos claras acepciones en el diccionario. Aunque si nos ceñimos a la que aparece en el de la Real Academia de la Lengua: Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas”, sólo habría que contemplar su vertiente negativa. Otros diccionarios, sin embargo, también recogen su otra vertiente: Satisfacción personal que se experimenta por algo propio o relativo a uno mismo y que se considera valioso”. Igualmente habría que añadir el orgullo que se experimenta por los logros personales de una tercera persona con la que uno se siente especialmente vinculado, como pueden ser los hijos, pareja o los amigos

Cuando hablamos de esta palabra ORGULLO. Encontramos que tienen dos significados distintos:
1.- Orgullo es la satisfacción que causa una cosa lograda, percibir como nuestra habilidad ha alcanzado su recompensa. Ver que el esfuerzo o merito es recompensado.
2.- Mantener una decisión aunque sea desacertada y lo sepamos. Es no dar el brazo a torcer, mantenerse en sus trece. El orgullo se empecina en continuar en una dirección, no con el deseo de amortizar lo invertido, sino con el afán de blindar mi YO y evitar que la otra persona logre sacar rendimientos.
Vemos que una forma de orgullo es positiva y motivadora. Esta basado en la satisfacción de logros, o en la realización  de conductas adecuadas o exitosas. Este tipo de orgullo es parte de la autoestima, que esta basada en la convicción interna y personal de nuestra capacidad y valor como seres humanos.
El orgullo inadecuado es el que confunde lo que una persona es, con lo que tiene y cree que su valor sube o baja, según sus posesiones o sus logros. Este tipo de orgulloso no necesita nada de nadie, se basta a si mismo. Por lo que tiene dificultad para aceptar ayuda. Este orgulloso se niega a abandonar un camino equivocado porque ya ha invertido mucho tiempo y energía en recorrerlo.
Las personas mal orgullosas terminan solas, porque por orgullo, no se permiten ser corregidas, ser enseñadas, recibir consejos, ayudas, criticas constructivas… A veces esas cosas son necesarias porque ayudan a crecer como persona.
Sino aprendemos a ser corregidos, a admitir nuestros errores, a ser criticados. No vamos a crecer, ni madurar, ni desarrollarnos como personas. Nuestro propio orgullo nos va a hacer caer cada día, nos vamos a quedar estancados, viviremos en nuestro propio mundo, ignorando la realidad.
El orgullo no nos deja ver la vida como realmente es, nos hace hundirnos y  sumergirnos en nuestros propios conceptos, principios, puntos de vista, siendo estos en ocasiones equivocados.
Resulta frustrante comprobar que nos sentimos mas orgullosos con la gente cercana que con la extraña.