Los padres permisivos


En las familias con padres con un estilo educativo permisivo la educación se basa en la falta de normas y límites. Los padres permisivos  suelen dejar total libertad al niño para realizar aquello que quiera en el momento que quiera. No ejercen la autoridad que tienen como padres de manera que el niño no percibe límites ni pautas de comportamiento, ante la ausencia de mando, el niño suele tomar el poder.
Los padres permisivos suelen considerar que son tolerantes y dejan que sus hijos tomen sus propias decisiones, establezcan sus propias normas y regulen solos su propio comportamiento. Sin embargo, a pesar que este discurso pueda "sonar bien", difícilmente un niño que no conoce normas ni pautas puede tomar adecuadamente sus propias decisiones. Los padres suelen ceder ante las continuas exigencias y demandas del hijo, logrando al final, que el clima del hogar sea insoportable.
Cuando los padres permisivos imponen castigos para lograr controlar el comportamiento del niño, estos castigos suelen ser excesivamente flexibles y el niño pocas veces llega a cumplirlos. Cuando los padres permisivos tratan de imponerse, el niño reacciona con hostilidad e incluso con agresividad, ante el poder que se le está quitando. Desgraciadamente, los padres permisivos acaban "tirando la toalla", renunciando a su labor educativa, suelen manifestar que no les gusta el comportamiento de su hijo al que acaban catalogando como "malo y tirano".

La falta de normas en el hogar suele llevar a los hijos a relaciones de indiferencia hacia los padres, a un bajo desarrollo moral y a la perdida de valores.  Lo que puede llevar a relaciones verdaderamente conflictivas en la adolescencia.
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